Uf... que día. Desde la mañana temprano esperé el momento con ansias y mucho más nerviosismo. La vergüenza se apoderaba de mi. Mi cerebro iba haciéndose preguntas existenciales de la indole "¿y si no voy?" o "¿y si me voy corriendo?" o "¿Qué pongo en las dedicatorias?". Por suerte no salí corriendo, fue una experiencia de lo más gratificante, la primer dedicatoria poco inspirada (perdón Leito!! después te doy otro con algo más lindo ja), la primera firma a alguien que no conociera, la entrevista que nos hicieron, y sobre todo los amigos (María Inés, la primera en comprar, Eli, Fer, Nico, Cons, Jorge, Tinch ojeda, Jony, Leito, Aleta, Aballay, que me dio la sensación de que vino de la plata por el libro, Seba, los padres de Aleta, Mia y Benjamin. Pero sobre todo Laura, que no me dejó huir despavorido.
Se acerca un hombre mayor, de contorno redondeados, pelada avanzada y una barba rala en la cara, que me resultaba vagamente familiar.
- Me lo firma por favor.
- ¡Como no! - le dije con entusiasmo - ¿A nombre de...? -
- Daniel Rabinovich...
¡No digo más nada!
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