El Africano
Jean-Marie Gustave Le Clézio (Niza, Francia, 13 de abril de 1940)
No soy de salir a comprar los libros de cada premio Nobel que aparece año a año. Incluso son pocos los que leí y me gustaron. En el caso de Le Clézio me habían regalado este libro allá por 2008, recién estrenado su homenaje. Lo deje ahí, entre muchos otros libros sin leer. Como era cortito y venia de no leer mucho, decidí empezar por el, sin mucho entusiasmo. Todavía recordaba el mal gusto en la boca que me había dejado Saramago. Y además lo único que sabía de Le Clézio era sobre su primera etapa experimental.
¡Ah! Que lindas que son las sorpresas, las buenas. El africano fue una de ellas.
Con una prosa en extremo austera, desprovista completamente de “literaturismos” y sin embargo llena de emoción, Le Clézio nos va contando una parte de su historia. La de su padre. Pero aunque se detiene en hechos biográficos, en momentos, lugares, no es un biografía. Es, más bien, la historia del sentir de él hacia su padre y el sentir de su padre mismo. Nos metemos sin darnos cuenta en ambas visiones, aunque ambas son escritas por el hijo, no hay duda que Le Clézio logra hacernos llegar casi puro el sentir del padre. Aquel hombre que encontró el latir de su corazón lejos de su patria originaria, lejos de la civilización y el colonialismo (que odiaba). Allí en esa África todavía salvaje, él, el africano, se sentía vivo y feliz. Hasta que los hechos (la lejanía de quienes quería, la guerra y por fin el retiro) lo carcomieron por dentro, volviéndolo un ente.
El africano es la obra en que Le Clézio, no solo le rinde homenaje, sino que le dice, por fin, que comprende a esa figura indeleble, llamada padre.
La conseguimos en español bajo la edición, pequeña, compacta y hermosa de Adriana Hidalgo y con la excelente traducción de Juana Bignozzi.
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