La verdad sea dicha sin tapujos. Me debo muchas lecturas “obligatorias” de la historieta mundial, pero aún más lecturas de historieta nacional. Así que me propuse de acá a fin de año comprarme todo lo posible de material clásico (reeditado o usado) argentino. Igual empecé con un préstamo (gracias Weis).
COSECHA VERDE.
Una belleza en blanco y negro. |
No es el caso de está obra maestra de Carlos Trillo y Cacho Mandrafina. Una belleza por donde se la mire. ¿Cómo no la leí antes? Qué payaso que soy, por dios. Me fascinó cuanta expresividad tiene cada uno de los personajes en el trabajo de Mandrafina, cada uno con su lenguaje corporal distinguible, uno ve que caminan y se mueven de diferentes maneras. La historia es una perlita de sencillez llena de aventuras y vueltas, los personajes que narran y opinan a nosotros, los lectores, lejos de ser un corte, un choque, se leen con total naturalidad y sin sensación de interrupción (a pesar de que varias veces pidan disculpas por ello.
La famosa anécdota sobre la larga noche que contaba tantas veces Carlos (otro elemento sobre cosecha verde que había incentivado y enfriado al mismo tiempo, mis ganas de leerlo), es un error creativo increíble, arreglado con soltura y que suma a la historia en más de una manera.
Carlos también decía que si hay mensajes políticos o bajadas de linea, no las había puesto él, que había hecho solo un policial, una de aventuras. Las bajadas de linea y el ideario político están, pero nadie, nadie, puede negar que es simplemente una historieta policial, una de aventuras… ¡y qué historieta!
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